

Mientras se intentaba conquistar esos países nórdicos en Alemania se creaba una liga de Jóvenes Alemanas, donde solo podían pertenecer a ella las jóvenes que pudieran tener hijos y que demostraran también la autenticidad de la raza aria de sus antepasados.
Pronto Alemania comenzaría a perder la guerra y con ella las residencias de Lebensborn fueron evacuadas, los documentos que estaban en las residencias la mayoría fueron quemados y muchos de los niños de las residencias fueron dados a familias de acogida ocultando siempre el origen del niño para que pudiera ser aceptado por esas familias. Pero los niños de las residencias de Noruega no corrieron la misma suerte, para los noruegos haber pertenecido a ese programa era un delito, una deshonra y muchas mujeres de estas fueron mandadas a campos de concentración, miles de niñas de Lebensborn fueron arrestadas y la mayoría de los niños estaban solos en instituciones donde sufrían abusos, maltratos y sadismo, porque nadie los quería por ser producto de la utopía nazi.
Ese sin duda es un claro ejemplo de que las utopías no se piensan, no se idean para el bien de la humanidad, si no también por una idea sin fundamento, sin pensar en todas las posibles consecuencias y a veces esas consecuencias pueden ser mucho peores que la propia idea de la utopía.
MARÍA GUILLÉN PUNTER
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