sábado, 9 de diciembre de 2017

UTOPÍA: CHRISTIANIA


Christiania es una ciudad situada en el centro de Copenhague, Dinamarca. En ella viven alrededor de 900 personas bajo un sistema de auto-gobierno, independientes de su país y de la Unión Europea. Christiania es creada en 1971 cuando un grupo de daneses buscaban un espacio abierto donde sus hijos pudieran jugar, entonces ocuparon un espacio que había quedado abandonado por los militares tras la Segunda Guerra Mundial. Christiania es ocupado por un grupo de personas hippies anarquistas, ya que en los años sesenta comenzó un movimiento hippie no violento, esta comuna se rige por una serie de normas impuestas por ellos mismos, en las cuales se prohíben los vehículos de motor, la violencia, las armas de fuego, las drogas duras... Sus habitantes tienen libertad de expresión y conviven de forma pacífica entre ellos, si abandonan sus viviendas más de seis meses dejan de tener el derecho a ella y probablemente sea ocupada, el gobierno danés no le da electricidad ni agua, por lo tanto utilizan generadores y depósitos, tampoco tienen una Constitución.
Christiania ha tenido una serie de problemas con la policía principalmente por ser el máximo proveedor de drogas como la marihuana de toda Europa, donde este proceso es totalmente prohibido, sin embargo, ahora este conflicto con la policía se ha tranquilizado. Otro de los problemas que sufre es que la gente esté en contra porque viven en una sociedad sin jerarquización y porque el territorio en el que están situados no les pertenece ya que no lo han pagado, hay gente que ha solicitado integrarse pero no ha sido admitida porque mucha gente lo ha pedido o porque no tienen méritos o amigos que les ayuden a entrar en esta comunidad autogestionada.
Christiania ya ha tenido su momento de utopía máxima y ahora tienen sus días contados, por muchos problemas que han tenido con la policía o porque el terreno es de la propiedad del Estado y si ellos lo deciden, los christianitas deben abandonar ese lugar. Ellos no pagan impuestos y aun que se estén auto-gestionando, realmente viven del dinero que dejan los turistas, la libertad es muy importante, pero tiene un límite y no está mal que estemos controlados por alguien superior, ya que si todos hiciésemos lo que quisiéramos sería un descontrol total de la humanidad.
                                                             ELENA SANZ HUERTAS

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