lunes, 11 de junio de 2018

Soñando para poder dejar de hacerlo

Cerremos los ojos y soñemos,                     
soñemos el mundo que queremos.       
Donde la violencia de género no existe porque ninguno somos diferente.                            
Donde no importa tu género, tu raza, tu color o tu religión para amar y ser amado.
En el mundo que yo quiero no existen términos como brecha salarial, terrorismo o violación, tampoco contaminación ni corrupción porque no ha habido la necesidad de su creación.
No habría ricos egoístas y ellos no tendrían más riqueza que el resto del mundo.                
Las ONGs no existen porque no hay pobreza infantil, ni refugiados y mucho menos gente muriendo de hambre.
No sabríamos que es la paz porque no hay guerras y la paz es lo que vivimos día a día sin tener conocimiento de ello.
No habría niño al que le faltara el calor de su madre, ni faltaría amor en el mundo.
No existe el acoso, ni el miedo, ni el dolor.
Cáncer solo sería un signo del zodiaco, el autismo sería un don y el alzhéimer solo existiría después de la muerte.
Un mundo donde el amor es el que nos controla y no el dinero,                 
donde la belleza esta en el interior y no en la cartera o en el exterior.
Donde ahora a los que llamamos locos son los únicos cuerdos.                
Donde un futbolista no cobra más que un médico o un policía o un bombero,                
donde los colores no tengan género y cada persona pueda decidir que género es el suyo sin ser señalado por la calle.
Donde ser feliz sea un derecho y todos tengamos derecho a vestir y ser lo que queramos.             
Donde el dinero no valga más que el esfuerzo y las personas más importantes sean los maestros y no solo los de profesión y no los políticos.
Donde amar y cuidar la naturaleza sea casi una obligación moral porque entendemos que sin ella nosotros no podemos avanzar.
Donde la conciencia pese más que la cartera.          
Y aunque al abrir los ojos todo desaparezca, no dejaré de luchar para poder ver todo esto sin la necesidad de soñar.
Es un poema donde expreso como me gustaría que fuera el mundo, que existiría y que no de lo que ya tenemos, como serían las cosas, las relaciones entre personas , que valores y que cosas importarían más. A parte del poema el trabajo ha consistido en explicar que quería decir además de explicar como al ser una chica de 17 años en unas circunstancias ha condicionado mi mundo ideal ya que este de cada persona sería distinto por las circunstancias de la misma.
María Guillén

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